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La ciudad de Linz esta acurrucada entre colinas subalpinas y cordilleras de basura industrial que se mojan los pies en el Danubio. Tanto el Danubio como las basuras son grandes atracciones turísticas. La gente del Festival Ars Electronica, que están en todas, alquilan un barquito que lleva a la gente desde el Hotel Steigenberger MAXX, el Bruecknerhaus (por Brueckner, el músico, que junto a otros conocidos artistas como Hitler o Eichmann, fueron grandes admiradores de Linz) y el Centro del Ars Electronica mismo; el festival también monta excursiones nocturnas con pintorescas vistas de las fundiciones de acero "Hermann Goering" (de donde salía buena parte del acero nazi y que no han parado desde entonces--el nombre se lo cambiaron sin parar la factoría--ni de fabricar acero ni de ofrecer estas impresionantes excursiones que recomendamos vivamente) ®TMark ha sido invitado al festival, creemos que, para moderar el perfil tecnológico hiper duro que exhibe el festival (nomás entrar un pedazo de mural de tres pisos que dice : "Afrontad el futuro") Claro que somos un pelín soeces y así como picajosos, pero bah finalmente podemos resultar unos chicos despiertos y hasta agradables...casi como el típico malo simpaticote de las películas del oeste (americano señora, no hay otro oeste que el americano...del norte joder, no hay otra américa que la del norte) Así que aquí estamos dispuestos a hacer que el festival sea una cosa así como más enrollada y no tanto una apología-feria comercial de lo último de lo dernier; a ver si hacemos porque la orgía tecno sea tantito menos mecánica y se mire los cables y la electricidad analógica que le pasa por el ombligo y que al cabo la hace funcionar a ojos de los media, que de vuelta le mantienen su lucrativo brillo. A medias por mosqueo, a medias por un quijotesco sentido del deber, hemos resuelto ser algo menos digestibles de lo que se esperaba de nosotros...No es que nos entusiasme demasiado la cosa -los molinos son la hostia de bonitos, los gadgets nos hacen caer la baba y la cyber-subversión, por lo demás, está tan de moda como la ropa diesel y las gafas de sol amarillas- pero vaya, apenas llegamos al festival nos vamos dando cuenta de que tenemos éxito, los organizadores ya nos van odiando... El tema del Ars Electronica de esta año es la Infoguerra, una cosa sobre la cual, si nos fiamos del plantel de invitados, resulta que tanto el Pentágono (John Arquilla), la Fuerza Aérea USA (G. Stein), el Dpto. de Defensa de todas las Rusias (Igor Panarin), las agencias de espías (M. Wilson), Wall Street (D. Farmer et al,), la CNN (P.Arnett) , expertos en armamento (G. Schoefbanker), pensadores (Paul Virilio) y ®TMark deben tener importantes conocimientos . Si señor, la "Infoguerra" (nosotros siempre habíamos creído que era una especie de guerra informal, así de buen rollo, entre amigos, sin muertos, ni palabrotas, ni nada...y que resulta que quiere decir la guerra en o mediante la información) Con todo, la mayoría de los ponentes parecen pensar que la Infoguerra es una grave amenaza, que los cyber-terroristas pueden adueñarse del mundo (o echarlo a perder más aun), y que los gobiernos, las corporaciones y los ciudadanos deberían ponerse el paquete y tener la cosa más controlada. Para ®TMark, lo único digno de examen en torno al cyber-terrorismo es la ficción del concepto mismo, el hecho de que esté tan de moda, las ganas con las que le ataca o se le acoge , en otras palabras la mano conceptual que alimenta a ®TMark mismo. Otro escéptico es el cyber-activista Geert Lovink, quien con el artista Vuk Cosic, ha usado su ponencia para formar el Concurso Infoarmas, como modo de señalar a los verdaderos terroristas: las grandes corporaciones pringadas en prácticas especialmente perversas. Con una recompensa de 1000 dólares a la peor de estas empresas, espera desviar la atención de alguno de los asistentes al festival desde los misteriosos ritos que se realizan en el Bruecknerhaus hacia algunas cosas que no sólo son importantes, sino que además tienen la osadía de ocurrir en el espacio físico. Cuando se invitó a ®TMark a estar en el jurado del concurso, nos acordamos en seguida de la 20th Century Fox, que había hecho la película Titanic. Mira tu por donde, resulta que el Ars Electronica iba a darle a la Fox un premio de 10.000 dólares por los efectos especiales de esa película, y si desde luego resultaba gracioso que un festival de arte le diera tales premios a tales monstruos... La historia fue haciéndose más graciosa aun tal como fuimos reuniendo información sobre como la Fox, al igual que tantas otras grandes corporaciones había reducido costes evitando toda preocupación ecológica y haciendo el trabajo sucio (literalmente sucio, vaya) en una instalación "tercermundista" : un estudio gigante junto a Popotla en México (Originariamente tenia que haber estado en San Diego, en los EEUU, pero resulta que allí había "demasiada civilización" según declaró el Dpto. de Prensa de la Fox) Fue en la maquiladora de Popotla donde el modelo del Titanic, a escala 9/10, fue repetidamente hundido, reflotado, hundido y reflotado hasta que la película estuvo hecha, el agua contaminada y los bancos de pesca hechos polvo por exceso de clorinas, como dijeron los japoneses. Y claro Popotla no sólo perdió su principal fuente de ingresos, sino que además no sacó ni cuarto de ganancia de la estancia allí de los peliculeros, que comían, bebían y hacían sus cositas detrás de un tremendo muro construyeron y que separaba el pueblo de la hermosa zona de costa empleada para grabar. El pueblo de Popotla reaccionó a tanta cochinada llenando el muro de la Fox, con un mural hecho a base de basura (en una aprovechable revitalización de la tradición muralista mexicana). Puesto que al pueblo le podría venir bien el premio de 1000 dólares, el jurado del concurso decidió ajustar las reglas y darle la nominación a cualquier bandido corporativo y la lana a Popotla, que decidió emplearla pavimentando sus calles. Cuando llegamos a Austria, ya se habían escrito varios artículos sobre el doble filo del Ars Electronica: la contraposicion Titanic/Popotla, opresores/oprimidos como quien dice, y el par de premios que habían circulado al respecto (y la alarma por el desastre de relaciones publicas ya se había soltado, por supuesto). Por si fuera poco ®TMark agita un poco más la cosa denunciando haber sido vetada en la lista de contactos y e-mails del festival, tenemos que montar un pollo de aquí te espero para que se nos incluya en la lista... Con todo eso nos vamos en el barquito hacia el Bruecknerhaus (mientras se escucha una pieza en hebreo y arabe sobre jerusalén, una pieza que la guía del festival dice que "trata del holocausto") y nos aprestamos a recibir lo peor que Linz nos puede ofrecer, al menos en este "futuro" de los 90's, en que las aspiraciones transnacionales están empezando a ser cobradas sin demasiados contratiempos locales Bueno, lo pero no es que sea tan malo: "El arquitecto se esforzó tantiiisimo en hacer bonito este edificio y ahora llegáis vosotros y lo echáis a perder con vuestra pancarta, que no, no es bonita, y no la podéis poner ahí" así se expresa (por decir algo) uno de los organizadores y aunque disentimos con casi todas las ideas que maneja, no nos importa volver a treparnos y bajar la pancarta, pensando que oportunidades habrá de mostrar nuestras opiniones de más sutil modo. Nos equivocamos, a menos que una pelea a berridos en frente de miles de espectadores pueda ser considerada sutil. Las conferencias sobre la Infoguerra tienen lugar en el grandísimo auditorio del Bruecknerhaus, en caso de que el espectador esté en la "grutesca" entrada, las caras, caritas y carotas de los conferenciantes pueden verse proyectadas en enormes pantallas que llegan hasta el techo. Incluso para los que se quedan sin asiento en el hall, hay otro vestíbulo donde 36 monitores componen la misma imagen gigantuna del conferenciante. Por lo demás las ponencias se emiten por la web, y todo el mundo fuera de estas salas esta conectado, así que para quienquiera que esté deseoso de oír hablar de cyberterrorismo y que tenga la suerte de estar rodeado de toda esta tecnología pantallesca la cosa no puede venir más a huevo... Y es en este contexto en el que nos vemos públicamente reprendidos por el moderador después de nuestra exposición. Desde luego que no confiábamos en salir por la puerta grande, ni siquiera que la cosa quedara en muecas de disgustito ante nuestra pancarta... Porque si el asunto de Popotla no fuera suficiente, hemos continuado encarecidamente haciendo lo posible por deshacer la trama del festival. Después de mostrar nuestro vídeo, cuya vindicación central era el hecho de que las grandes y grandísimas corporaciones legalmente son "personas" a todos los efectos, no se nos ocurre otra cosa que meternos con el Ars Electronica como escenario que es para la "narrativa dominante" , escenario en el cual los subversivos como nosotros hacemos el papelón de "happy darkies" (¿por qué será que en español no encuentra equivalente para esa expresión el esforzado traductor? Bueno algo así como tenebrosos pero felices, cómodos, y previsiblemente prebendados, en su conspirativa penumbra, ¿no?, dicen los ®TMark que encontraron dos muestras de happy darkies en porcelana tamaño natural en el hotel Steigenberger MAXX: una especie de juglar saltarín y un niño-esclavo, que no se porqué imaginamos con taparrabos) Por si andábamos cortos hemos puesto a parir a dos de los ponentes anteriores, neoliberales que insultaron la inteligencia de la audiencia con sus balbuceos sobre la coexistencia con estas máquinas del progreso llamadas corporaciones, así como con su elaboradamente hueco aprecio al "mercado orgánico". Hemos destacado que todo esto, todo esto, sólo es remotamente comprensible para una parte de los más ricos con acceso a toda la tecnología que nos rodea, y que cuentan con recursos para tratarse con las corporaciones en su propio terreno etc... Si eres tan desafortunado como para no contar con suficientes medios o, dios te ampare, vives en el Tercer Mundo, entonces la jodiste compañero. Para ilustrarlo mejor que mejor, traemos el tema de Popotla y el Titanic de nuevo a colación... Pero no hemos advertido a tiempo que el moderador, autor de varios libros super-hip (dícese respecto las cosas muy del buen rollo tecnológico) sobre máquinas y progreso es de la misma onda que los ponentes atacados y por si fuera poco se siente con derecho de monopolio sobre toda mención al Tercer Mundo puesto que creció allí. Sólo más tarde, cortos de nosotros, entenderemos que esas son las causas del inmoderado despliegue de vitriolo en que nos acusa de ser unos ignorantes en nuestro propio terreno (puesto que las corporaciones no nacieron en los EEUU, cosa que por lo demás nosotros no hemos afirmado en ningún momento), de ir por la vida de "radicales chic" (cosa que estúpidamente negamos, absortos en la coleta, tan chic, del moderador), de encarnar "lo peor de la izquierda" (y bueno ahí nos pilla porque ni se nos había ocurrido meditar sobre nuestra lugar en dicho espectro) y finalmente de tener una actitud ellos-nosotros respecto de las corporaciones (sin comentarios). Las salvas acaban con varios miembros de la audiencia preguntándole al enfadado moderador porqué nos había atacado sólo a nosotros de entre toda la "variada" mesa de ponentes, compuesta de espías, soldados, hackers corporativos, apologistas del negocio y otros escogidos amorales. Nos sorprendemos entonces con una ronda de aplausos, la más larga, nos dirán luego, de todo el festival... Habiendo venido, visto y disfrutado de algún aplauso decidimos relajarnos para el resto de nuestra estancia en la histórica Linz. El equipo danés de tv. Nos proporcionará muy buenos ratos con su insaciable gusto por la diversión y su orgulloso regionalismo. Nuestras otras opciones de ocio palidecen al lado de la de los daneses: se trata del "Mes Europeo de la Cultura" monótona y estridentemente anti-regionalista. Austria preside la UE en este semestre y Linz es sede de una campaña masiva por la unidad europea, con una serie de espectáculos con moralejas tan claras como las de las fábulas de Lafontaine, pero que son siempre la misma: lo grande, aunque estúpido, es bueno y divertido. Así hay varias instalaciones basadas en la manipulación monumentaloide de medios remotos: se pueden hacer composiciones con grupos de diez, con las luces de un edificio; se puede hacer que una serie de altavoces situados en un puente toquen diferentes piecitas de musiquita, etc. Así el jardín del Ars Electronica Center se puede regar y cuidar desde un lugar en la web. Estas piezas podrían suponer una alusión a la ficcionalidad de la libertad ganada por la telepresencia, o más aun a los límites de la diversión en una sociedad ordenada mecánicamente, pero de hecho no hay muchas pistas que permitan pensarlo y todo parece muy candoroso y celebratorio... A una escala aun más grande están los shows en el río. Una noche se proyectan las siluetas de bailarines que van y vienen por una barcaza. Otra noche se proyecta en esa misma pantalla un show láser "anti dólar" (sic) y unas cincuenta mil gentes con gafas 3-D ven la cosa mientras son bombardeados con músicas desde altavoces sostenidos por cinco enormes grúas. El show es seguido de unos fuegos artificiales monocromáticos -nada de colores nacionales aquí- culminando en algo que parece otro spot televisivo sobre la unidad europea, ahí en la misma pantalla. La gente aplaude y se van a través de una especie de arco hinchable que seguramente simboliza la arbitrariedad del lugar, las fronteras, el triunfo histórico: Alemania ha ganado finalmente Europa, pero no pasa nada: todos sacan tajada. De hecho Alemania no ha ganado Europa, son los EEUU los que lo han hecho, o mejor aun son los mismos intereses corporativos que desde hace tiempo han hecho de los EEUU su dominio y que están aprendiendo a hacer lo mismo en Europa, borrar las fronteras y las regulaciones en la medida en que afecten al flujo de capitales. Europa está en el camino de deshacerse del socialismo y el regionalismo que hace posibles festivales como el de Linz (con todas las pegas que le queramos poner) y que están financiados por entidades como la ciudad de Linz (intentando esquivar la imagen de la ciudad como capital cultural escogida por Hitler y tratando de suplantarla con una capitalidad cultural en el campo de lo virtual y "hip") Europa tiene al menos seis grandes festivales de arte-tecnología todos financiados por dinero público por intereses regionales. En los EEUU no hay ninguno, si descuentas el SIGGRAPH, cuya parte de arte no tiene mayores pretensiones). En el gran futuro de unión, Europa se irá pareciendo más a los EEUU: los festivales de arte que ahora pueden estar alcahueteando con los intereses comerciales tendrá que abandonar todo miramiento y reconvertirse en ferias comerciales. Los únicos entretenimientos públicos a gran escala estarán rigidamente programados y ni siquiera asumirán el previsible riesgo de invitar a unos chicos incorrectos (posiblemente ni siquiera sean monumentales, puesto que eso queda reservado a los presupuestos ilimitados de los anuncios de la economía global) La unidad europea no tiene nada que ver con la historia, ni con lo correcto políticamente, ni con los derechos de la gente a viajar sin visados: estas son explicaciones que nos vienen encima automáticamente, como las explicaciones que nos damos cuando sacudimos un ordenador para que funcione. La unidad europea sólo tiene que ver con los negocios. Tal como vamos desfilando bajo el arco hinchable de la ley arbitraria, la frontera y el lugar, nos damos cuenta de que tiene un botoncito ahí en un lado. En los EEUU, si uno ve un botón lo aprieta nomás; el espacio público es casi desconocido (no es rentable) y no tenemos nociones de cómo respetarlo. Como ®TMark viene de los EEUU, uno de nosotros da en apretar el botón. el arco se deshincha con un gran pufido sobre cinco de los pasantes. Si la política fuera siempre así de sencilla...
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