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ENCUENTRO
Los hackers hacen su primer congreso en una casa «okupada»
Lunes, 23 de octubre de 2000

Unos 300 jóvenes comparten durante tres días conocimientos que van desde la fabricación de virus informáticos a la ciberpolicía

OLALLA CERNUDA | BARCELONA

Hacker: criminal común que utiliza los ordenadores para cometer sus crímenes. Esta pseudo-definición, repetida hasta la saciedad por medios de comunicación de todo el mundo, trata de ser borrada del subconsciente social estos días en Barcelona, en el Hackmeeting 2000.

Y es que no es tan fiero el león como o lo pintan, y los hackers -o al menos los que dan la cara- no son tan malos. Al revés, están mucho más concienciados de los problemas que les rodean que muchos de sus compañeros generacionales.

La idea viene de Italia, donde desde hace tres años se celebra anualmente un encuentro de hackers de todo el país, que este año ha llegado hasta España. Envueltos en un halo de misterio que ellos mismos se niegan en quitar, la reunión se ha celebrado en una casa okupada a la que las cámaras tenían prohibido el paso.

¿Y qué han hecho todos estos chicos (porque las féminas han brillado por su ausencia) durante estos días? Pues si usted piensa que se dedican a planear la ciberguerra mundial, cómo tirar el servidor del Pentágono o cómo entrar en los sistemas de seguridad de La Moncloa usted está muy equivocado. Se han reunido para hablar de arte, de comunicación, de activismo social, de la tarifa plana y de Internet.

Y tiene su mérito que hayan llegado hasta aquí, porque se trata de un encuentro autogestionado íntegramente. Los organizadores han conseguido llevar hasta el Hackmeeting dos decenas de ordenadores, montar una red local para acceder a Internet y un amplio panel de charlas , debates y talleres. Todo ello sin solicitar ni una peseta a nadie.

En la casa okupada de Les Naus ha habido tiempo para hacer talleres con títulos tan sugerentes como iniciación a la seguridad personal, hacking pasivo, programas autoreplicantes, cabinas o computación cuántica. Pero aunque puedan parecer reuniones sólo aptas para cerebros privilegiados, nada más lejos de la realidad. Las charlas y debates que han aglutinado a la mayor parte de las cerca de 300 personas que estos días han estado en el Hackmeeting se centraban en el artivismo, el hacking en los medios de comunicación o la ciberpolicía. Porque a estos jóvenes les preocupa, y mucho, lo que se dice de ellos.

Mala imagen
Pero entonces, si son gente normal, que no hace nada que sea considerado delito, ¿porqué tienen esa imagen tan mala? Es la gran duda no resuelta en Les Naus. Los ejemplos puestos por grupos de hacktivistas ingleses y alemanes, que han llegado a una entente cordiale con los medios de comunicación para que se hagan eco de sus actividades sociales no son bien vistos en España.

El miedo a ser identificados, y a que los medios les traten mal, impide entrar en la casa a los reporteros gráficos y a las cámaras de televisión, todo lo contrario a lo que ocurre en otros encuentros que se celebran en EEUU o Inglaterra, donde los medios de comunicación campan a sus anchas entre los jóvenes expertos informáticos.

Eso sí, aquí no se han dejado ver policías camuflados entre el público. En otros países, las fuerzass de seguridad utilizan eztos encuentros como sitio donde "fichar"a pesonas que pueden ser de mucha ayuda a la hora de resolver cibrecrímenes.

Si usted quiere saber lo que hace un hacker en su tiempo libre, se lo puede preguntar a Frank Guerrero, director de la Corporación RTMark. "Me voy la semana que viene a Salzburgo a una reunión de la OMC a la que nos han invitado a participar tras ver nuestra página web". Habría que aclarar que dicha página es una réplica satírica de la de la Organización Mundial de Comercio, pero en Salzburgo no se han dado cuenta, y piensan aprovechar la ocasión para hacerles saber de primera mano lo que piensan de su sistema. Si quiere que le pregunten algo de su parte, todavía está a tiempo de hacer sugerencias.

Pero no sólo se hace hacktivismo fuera de nuestras fronteras. En Madrid, mientras tanto, el grupo La Fiambrera Obrera propone actividades subersivas mucho más entretenidas. O si no, que se lo digan a Alvarez del manzano, que tuvo que escuchar pasmado una saeta -durante la procesión de la Virgen de la Paloma- que en lugar de homenajear a la santa hacía mención al proyecto que llevan a cabo el Ayuntamiento de Madrid y el Obispado de construir un edificio de oficinas cerca de La Almudena donde se tenía que haber hecho un parque.



 


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