RTMARK (http://rtmark.com/) se creó para combatir el crecimiento global desenfrenado del poder corporativo, que ya había anticipado como una premonición Abraham Lincoln en los Estados Unidos. Para cumplir este ambicioso objetivo, RTMARK aprovecha y se centra en las quejas de los trabajadores de las empresas en todo el mundo.

El centro del sistema de RTMARK es un banco de datos en la red que ofrece listas de sabotaje y subversión, así como soporte financiero para llevarlos a la práctica. De este modo, ofreciendo apoyo para trabajar en proyectos de una manera anónima, RTMARK desplaza su responsabilidad y sirve a estos inversionistas de la misma manera que las corporaciones sirven a sus propietarios.

RTMARK no censura, y cualquier proyecto que sigue la línea de actuación de subversión, sin perjuicio físico, aparece en su página web. A través de estos proyectos y propuestas se determina de una manera efectiva la dirección de las actuaciones de RTMARK.

Justo antes de las Navidades de 1993, un grupo de militares veteranos americanos financió un proyecto en contra del uso de juguetes bélicos en lo que era entonces el boletín electrónico de RTMARK. La organización "The Barbie Liberation", formada especialmente para realizar el proyecto, cambió las cajas de voces de unos 300 muñecos GI Joes y Barbies, y pidieron la recompensa de los veteranos a través de RTMARK.

En las Navidades de 1996, un programador añadió contenidos homoeróticos a la nueva versión de un videojuego, de la que se pusieron a la venta ochenta mil ejemplares, haciendo que los participantes masculinos se besaran entre ellos. A través de RTMARK, recibió los cinco mil dólares que ofrecidos como recompensa por un comerciante de Nueva York.

Un año después, un pequeño sello discográfico pidió ayuda a RTMARK para realizar un disco de música del artista Beck remezclada ilegalmente. Gracias a su nuevo sitio en la red, RTMARK pudo encontrar rápidamente un donante, permitiendo que el disco se produjera y distribuyera; actualmente se encuentra en su tercera edición.

Para más información sobre otros proyectos de RTMARK llevados a cabo con éxito consultar su página web.

A través de estas acciones, RTMARK continúa siendo el líder en financiar trabajos basados en el sabotaje y otras actividades, cuyos mecanismos y propósitos están fuera de los esquemas tradicionales. En la medida en que el sistema de RTMARK crezca, esperamos convertirnos en la fuente financiera de muchas producciones culturales que se encuentran en la lista negra y que mejorarán la calidad de vida de todos.

Veo acercándose en un futuro próximo una crisis que me intranquiliza y que me hace dudar de la seguridad de mi país. Como resultado de la guerra, las empresas han sido entronizadas y se avecina una era de gran corrupción, en la que el poder económico del país intentará por todos los medios prolongar su reinado estimulando los prejuicios de la gente, hasta que todo esté en pocas manos y se destruya la República. Siento en estos momentos más que nunca ansiedad por la seguridad de mi país, incluso más que en el período de guerra. Por Dios espero que mis sospechas nunca se confirmen.

Abraham Lincoln
21 de noviembre de 1864
Carta al coronel William F. Elkins
(p. 40 de "The Lincoln Encyclopedia", de Archer H. Shaw, New York, MacMillan, 1950)


Luchando contra los terroristas

¿Has visto alguna vez un terrorista?
Brazil

"Wired", Febrero de 1998. Activistas ciber-terroristas dejan todo destrozado. Aunque, en el Pentágono, un héroe tipo "John-Wayne" nos salva a todos.

La última sorpresa del futuro: el mundo entero arrodillado a causa de una entidad destructiva pero sin rumbo. Nada humano hay en ella, su única manifestación es un logo, un eslogan y alguna vaga propaganda.

En otras palabras, poder corporativo.

La cibercultura tecno corporativa, para la que "Wired" es un texto sagrado, tiene como dogma la idea de que no hay centros, no hay verdades, sólo un flujo constante.

Pero este culto tiene algunos principios, entre los cuales destacan:

-el poder no seguirá en manos del gobierno
-el cuerpo humano no será por más tiempo la última creación
-el nuevo poder es empresarial y virtual
-los ordenadores reemplazarán algún día al cerebro humano
-la oposición al nuevo poder nos perjudicará a todos
-es una pérdida de tiempo y ser corto de miras el negar estos principios.

Este "paradigma", tal como dice su autoproclamado "digerati", presenta dos niveles: el corporativo/pragmático, que se muestra en "Wired", y el otro, completamente teórico y abstracto, decretado por autores como Marvin Minsky, Hans Moravec y otros.

Estas divisiones místicas, que se complementan y dependen la una de la otra, definen un instante de escisión religiosa. La mitad más extrema, repleta de predicciones apocalípticas, sirve para contextualizar y hacer más excitante las afirmaciones de la otra. Esta última, más accesible, aunque conserve un privilegio sagrado y sea constantemente mencionada por "Wired" y por la literatura empresarial, es el catecismo en acción que permite su culto mayoritario en las clases empresariales que se sienten parte de algo milenario. Éste -quizás la "razón de ser" en todo el edificio- dirige y dicta su amoralidad emprendedora exaltada.

Como en cualquier religión -o visión del mundo milenario, al igual que otra esquizofrenia, parte de cuya historia encontramos en Linz (1)- la oposición, real o supuesta, es a la vez necesidad y desprecio, esencial e impensable. Para la cibercultura, desde que el chivo expiatorio ya no está de moda y no existe una oposición real, se inventa un enemigo. El "ciberterrorismo", a diferencia de los judíos, no parece tener un componente real (suficientemente apropiado para una religión virtual), pero sirve también como sombra y enemigo del poder corporativo, desplazando cualquier malestar inconsciente prolongado con el nuevo orden sobre algo que se le parece pero se presenta como su contrario, y que nunca ha necesitado ser rebatido (excepto por Harrison Ford, el renovado John Wayne). Esto ha tenido éxito en el "terrorismo", que ha reemplazado el poder comunista como enemigo televisado para toda la cultura.


Luchando contra el terror

La glorificación popular del poder corporativo en cualquiera de sus formas -tecno-utopia, tecnopaganismo, etc.- es, en el mejor de los casos, equívoco y torpe, considerando lo que se conoce sobre cómo actúan las empresas. Dentro de cincuenta años puede tener el mismo significado para nosotros que el auge de la televisión o la bomba atómica, o puede parecerse a esos coches de carreras ardiendo ante nuestros ojos.

Este tipo de demonización, inevitable al final de la exageración, puede parecer delirante, pero también puede (de ser posible) aportar un cambio real a la noción del sabotaje constructivo, especialmente sí "nosotros", que no consumimos cibercultura tecnocorporativa y que combatimos el sistema por ellos adorado, al final tenemos éxito.

Pero lo que realmente asusta de este enemigo imaginario de la cibercultura es que señala la total inexistencia de un adversario actual. Desde que el poder corporativo ha ascendido globalmente, tal como han dicho los "digeratti", la ausencia de una oposición real es aterradora.

RTMARK se creó en 1991 para ayudar a solventar esta situación. Uno de sus primeros objetivos fue examinar las condiciones especiales que se atribuían a esta ausencia de resistencia. La historia de RTMARK puede considerarse como una evolución en el pensamiento de esta cuestión.

En una aproximación al problema de ejercer una oposición al poder corporativo, debemos saber que esta es diferente, esencial y perceptiblemente, de la lucha contra el poder del gobierno, que tiene una larga y variada tradición de resistencia. El poder empresarial es alienante y anónimo, sin cuerpo, no localizable, una fuerza inhumana que constantemente acomete contra nosotros, tiene multitud de intenciones aparentemente disociadas y no tiene posición clara con la que podamos contar o contra la que podamos luchar. Este horror ni siquiera tiene nombre, de algún modo "kafkiano" podría ser un término acertado, o también "orwelliano". Aunque las pesadillas de Kafka y Orwell emanaban de un gobierno malvado o amoral, y no de entidades sin cuerpo que, como fantasmas de un videojuego, nunca pueden ser destruidas con un arma, ideológica o física.

Afortunadamente para los activistas, la flexibilidad de este poder corporativo, su centro comporte una ventaja: no tiene cerebro. Puede ser tenaz como un virus, y también tiene la inteligencia de uno de ellos: mecánico, sin alma y minúsculo. Es fácil de combatir, pero, a diferencia de un gobierno, normalmente reacciona al ataque con una mutación, que hace que dure, pero también asume un poder sin precedentes para conseguir resultados inmediatos.

Esta cualidad mutante permitió a RTMARK decidirse por un producto concebido individualmente para el sabotaje, como un método de combatir el poder empresarial. Con un aluvión de ataques, se harían efectivos cambios sustanciales. Los cambios no serían permanentes, pero el ataque se habría realizado.

Para lograr una posición, como una parte integrante más que como una solución provisional, RTMARK decidió construirse como una empresa, por ejemplo no acabándose de modelar y definiéndose con logos y eslóganes. Estos pronunciamientos en este papel, por serios que sean, no definen a RTMARK; RTMARK se define por la forma en que es percibida y usada, y nuestra única imagen visible son nuestros gráficos y productos. RTMARK como empresa se posiciona para adaptarse y mutar según la necesidad.

Es fácil, teniendo en cuenta la capacidad de mutación del poder corporativo y a la imposibilidad de determinar una única característica o credo que lo defina, caer en la trampa de elegir la creencia que es relativamente benigna. Desde que se conoce un poco sobre ello, todas las hipótesis parecen válidas, y es más fácil, después de todo, aceptar la hipótesis más benigna. En este caso, la más benigna es que el traslado del poder del gobierno a las empresas privadas representa un desafío. Desde que los gobiernos son considerados como algo negativo -hemos llegado a esta conclusión por los nazis y porque las protestas antigubernamentales nos lo han dicho durante cientos de años? al menos estamos en alerta para examinar la razón por la cual lo bueno quedará después de la evaporación del gobierno.

El deseo de ver el poder corporativo como algo bueno, incluso contra toda evidencia, resulta comprensible. Como este deseo mina y dificulta la lucha contra el poder empresarial, incluso con toda su maquinaria, RTMARK decidió en 1997 descubrir su velo secreto e intentó actuar como un nexo para luchar contra este poder y contra su percepción e inseguridad. RTMARK también estaba alentado por la divulgación de otros grupos que recompensaban el mejor acto de sabotaje creativo, lo que indicaba una necesidad de una presencia anti-corporación pública.

Empezamos permitiendo a los trabajadores de RTMARK conversar con los medios de comunicación, reemplazando el sistema dial por una página web (http://rtmark.com/). Si bien estos cambios no han incrementado radicalmente él numero de acciones esponsorizadas por RTMARK, si han permitido que RTMARK pudiera publicitarlos de una manera imposible hasta entonces. En al menos dos ocasiones esto ha permitido una amplia cobertura mediática que antes no hubiera resultado posible.

Siendo cada vez más accesible al público, RTMARK se ha convertido en una especie de espacio abierto, en el que se pueden encontrar activistas anti-corporaciones on-line. Si juzgamos nuestro éxito como corporación utilizando los típicos puntos de referencia, nos sentimos notablemente alentados. En los ocho meses aproximadamente desde nuestro traslado a la página web hemos recibido cerca veinte mil visitas, y de aquí han resultado muchas colaboraciones. Y sólo podemos suponer que algunos de los que han visitado el sitio web de RTMARK o leído sobre RTMARK en The New York Times, Spin, Enterteinment Today, The Village Voice, The Sydney Morning Herald, The International Herald Tribune y docenas de medios de todo el mundo, encontrarán el catalizador de sus ideas. La cantidad de propuestas de proyectos que recibimos confirman esta conclusión.

Consideramos que RTMARK tiene el propósito de establecer una oposición permanente e importante al poder empresarial. Sin embargo, estamos obligados a reconocer que nuestros éxitos han sido modestos. Seguimos creyendo en un sabotaje como un medio de luchar contra la hidra que es la empresa, y tenemos que admitir que incluso un cambio de dirección hacia un mecanismo más público apenas ha empezado a afectar a la resistencia indómita que siempre está en nuestra agenda.

Para determinar nuestro siguiente curso de acción, tenemos que desviar la atención hacia un sistema que pueda inhibir la crítica del poder empresarial a un nivel más mecánico (más que ilusorio): la bolsa. Al despertar el interés de las personas por las prestaciones sociales y covirtiéndolos en propietarios de acciones o de fondos comunes, las empresas han creado una mayoría conservadora de forma consciente e inconsciente: lo que es bueno por GM es bueno para mí. El posicionamiento de los medios en las noticias económicas y en sus atrevidos titulares ayuda a extender el efecto sobre aquellos que son suficientemente ricos para poseer acciones.

RTMARK debe ser capaz de ofrecer, como mínimo de forma perceptible, una alternativa para el final de este flujo de generosidad proporcionado por la bolsa. Como el Fondo Nacional para las Artes, incluso aunque ofrece escasos recursos, proporciona la ilusión de una alternativa a las empresas -una ilusión es mucho más importante que el importe total ( que se ha desvanecido, junto con la influencia de la Asociación Nacional de Educación)-. Nosotros desde RTMARK tratamos de proporcionar una ilusión similar, pero también una alternativa conceptualmente poderosa al "punto fundamental" del poder empresarial.

Para conseguir un cambio perceptible, debemos crear un fondo seguro para reemplazar la irregular financiación de nuestros proyectos. RTMARK ha examinado posibles formas de establecer un fondo más seguro, cuyos efectos reales, aunque no tan importantes como los perceptible, tal vez no sean despreciables.

El nuevo "sistema de fondos" de RTMARK se habrá puesto en marcha para cuando este artículo sea publicado. Mientras tímidos consumidores puedan ser persuadidos de apostar sus ahorros en acciones empresariales por medio de fondos mutuos, en los que el contacto directo con las acciones es relegado a expertos, creemos que clasificando los proyectos de acuerdo con un tema, y teniendo en cuenta los detalles específicos de adjudicación, podemos aliviar parte de los miedos que pueden interferir en el desarrollo de proyectos específicos. Además, permitiría financiar totalmente todos los proyectos de una categoría, a condición de que la recompensa del proyecto máximo se encuentre comprendido en el fondo.

Ahora estamos reclutando "managers de fondos famosos", quienes, habiendo demostrado su poder como productores de dividendos culturales, están eminentemente preparados para decidir la distribución de empresas culturales que representan a nuestros proyectos. Prestando el poder de su nombre a grupos de proyectos, atraerán a inversores que, de lo contrario, estarían asustados por el riesgo de financiar proyectos de RTMARK. El alto perfil de estos managers servirá, además, para mejorar la percepción de la alternativa RTMARK.

Hemos recibido respuestas positivas de muchas de nuestros seleccionados como directores "managers de fondos famosos" y esperemos que crezcan en número para cuando este artículo salga publicado.


Conclusiones

Afortunadamente, para el activista la razón principal por la queel creciente poder empresarial ha sido aceptado de forma apacible no es por su despersonalización ni por la bolsa, sino por su edad. Ha pasado poco de tiempo desde que el modelo de empresa ha reemplazado al poder gubernamental como una metáfora de la nueva guía personal; desde que hemos dejado de pensar en el "gobierno justo" a favor de la "inversión productiva" (y desde que Harrison Ford ha reemplazado a John Wayne). El antiguo poder del régimen, con todas sus metáforas, ha existido durante cientos de años, y la protesta ha tenido tiempo para desarrollarse, la nueva mitología tecnoempresarial todavía está siendo formulada e implantada, por lo que casi no hubo tiempo para aprender como combatirla.

Puede ocurrir que nuestros esfuerzos llegen a un punto de "masa crítica", en la que la idea de sabotaje pueda presentarse en la conciencia popular con la fuerza necesaria para efectuar cambios, pero no podemos fiarnos de esto. A partir de estas consideraciones o de las que debamos hacer (y que llegará a nosotros desde el público a la larga), seguiremos esforzándonos en expandir la capacidad de RTMARK para combatir el poder corporativo y la mitología lucrativa pero peligrosa que lo soporta.

Hasta que el sabotaje parezca más natural y obvio que hacerse un café, RTMARK no será capaz de lograr un éxito total. Hasta que la resistencia consciente sea tan común que las empresas se anticipen a ella en cualquier campo, y que exista un constante intento para prevenirlo con una actitud consciente, RTMARK necesitará examinar sus métodos y considerar cualquier nuevo proceder para ser más efectivo.

© RTMARK, 1998

Este artículo ha sido publicado anteriormente en:
RTMARK. "Sabotage and the New World Order", en: "Infowar" (Catálogo de Ars Electronica Linz, 98). Viena/Nueva York, 1998.


Notas

1. "Algo está por el aire que se parece al 'Ciberculto'. Tenemos el conocimiento de que las nuevas tecnologías de comunicación irán solamente más lejos que la democracia si, y solamente si, nos oponemos desde el principio a la caricatura que la sociedad global ha ideado para nosotros mediante grandes corporaciones multinacionales mostrándose a sí mismas como un respiro en las autopistas de la información." Paul Virilio, "Speed an Information: Cyberspace Alarm!" en el libro "Ctheory", 1995.


 
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