El monitor muestra inusuales representaciones iconográficas. El público se encuentra en un entorno tridimensional, donde se desplaza con el ratón. Se trata de Sod, la reelaboración de Jodie del código de Spear of Destiny, secuela de Wolfenstein 3-D, un videojuego precursor de Doom, Marathon y Quake, juegos míticos de los años noventa.
La pareja de artistas Jodie ha reinterpretado y reeditado Wolfestein 3-D, manteniendo algunas de las características originales del juego, como los efectos sonoros y la estructura del laberinto, pero alterando el entorno gráfico: las paredes del laberinto son formas blancas y tanto los bonus, que se recogen a lo largo del recorrido, como los guardas nazis que custodian el castillo, se han convertido en formas geométricas abstractas e imprevisibles.
El dúo belga-holandés no es nuevo en este tipo de experiencias. El año pasado presentó CTRL-Space, construido a partir de otro juego muy famoso, Quake, cuyo código es ahora de dominio público.
Durante el juego, el ordenador elabora el código para ver el escenario en tres dimensiones donde se desarrolla la acción y, al interpretar erróneamente la textura introducida por Jodie, visualiza las paredes del laberinto bajo forma de cuadrados y líneas onduladas y quebradas.
Inicialmente, patch (parche) era la corrección de programas proporcionada por el mismo productor. Luego, gente con conocimientos de informática empezó a modificar los juegos.
Los net artistas se apropiaron de la práctica, aportando una crítica al contenido. Por ejemplo, con parches feministas o en defensa de los homosexuales, ya que los videojuegos suelen utilizar parámetros muy violentos y machistas. Forma parte de esta tendencia Female Skin Pack Excerpts de Sonya Roberts, que proporciona una serie de caracteres femeninos para Quake, ya que la versión original prevé sólo el modelo masculino.
El proyecto forma parte de Cracking the maze, la primera exposición de game-patches y plugs-in creados por artistas, organizada por Switch, una revista de arte multimedia. Entre los seleccionados se encuentran, además del mencionado Sod, los parches para Tomb Raider de Lara Croft transexual, de Robert Nideffer.
Muchas de las intervenciones artísticas se caracterizan por su enfoque irónico, como Bio-Tek Kitchen, de Josephine Starrs y León Cmielewski. El parche del motor de Marathon Infinity convierte el campo de batalla en una cocina de alta tecnología, donde las armas son cucharones y molinillos. Los jugadores, atacados por vegetales mutantes productos de experimentos de nouvelle cuisine, tienen que desbaratar una conspiración mundial para destruir la cadena alimentaria.
También forma parte de la exposición SimCopter Hack, un caso de sabotaje creativo de Jacques Servin, un programador de la empresa de videojuegos Maxis's Sim. Ofendido por el contenido sexista de SimCopter, Servin añadió atractivos hombres que se besaban. Servin fue despedido y le fue denegado el seguro de empleo; antes de descubrir el sabotaje, ya se habían distribuidos 80.000 juegos.
SOD
Cracking
Tomb Raider I
Simcopter